La AMPK es uno de los principales reguladores de la energía celular en los procesos del metabolismo de glucosa y de lípidos, en el crecimiento celular, autofagia y apoptosis. Esta cinasa mantiene la homeostasis mitocondrial y se activa cuando ocurre un desequilibrio en el balance de AMP y ATP. Tumores como el de mama (Dai, et. al., 2022), páncreas (Fleming, et. al., 2009) y próstata (Purcell, et. al., 2022) se asocian con la activación de la vía metabólica AKT/mTOR en la que domina la síntesis de proteínas. AMPK se activa cuando ocurre una pérdida de energía en la célula y se inhibe cuando la energía está en exceso. AMPK puede bloquear la proliferación y metástasis de células tumorales comprometiendo a mTOR, así, las células tumorales no pueden sobrevivir al no poder realizar la síntesis de proteínas de manera normal (Xu, et. al., 2018).
La metformina no solamente es anticancerígena mediante la activación de la AMPK. En comparación
con las células normales, las células del cáncer tienen una demanda alta de energía. La metformina
puede inhibir de manera reversible la actividad de la NADH deshidrogenasa en el complejo I
mitocondrial de la cadena respiratoria y desacoplar la fosforilación oxidativa inhibiendo la
producción de ATP. La metformina se acumula entonces en el espacio de la matriz mitocondrial en
presencia de un potencial de membrana mitocondrial polarizado (Cameron, et. al., 2018).
El tratamiento con metformina en cáncer de esófago activa la vía de señalización de STAT3,
particularmente el eje de activación STAT3/Bcl-2/ATG promoviendo la apoptosis y
autofagia teniendo así un efecto protector mediado por metformina induciendo la inhibición
del crecimiento del tumor (Feng, et. al., 2014).